20 mayo 2010

Sueños ('nchogomagac) compartidos

En idioma qom (toba) sueño se dice “'nchogomagac”. Y el 11 de mayo, para muchos integrantes del asentamiento histórico de La Travesía, uno de ellos comenzó a tomar forma: el de una vivienda digna. El obrador del plan integral de autoconstrucción propuesto por la Fundación Madres de Plaza de Mayo se puso en marcha con la presencia de Hebe de Bonafini, quien encabezó el acto. También estuvieron, entre otros funcionarios de los gobiernos municipal, provincial y nacional, el intendente Miguel Lifschitz y el diputado nacional Agustín Rossi. Ambos destacaron que, más allá de las diferencias políticas partidarias, hubo un trabajo en conjunto en pos de pagar "una deuda histórica" con los pueblos originarios. Y también coincidieron en que fue esencial en el proyecto la voluntad política de la presidenta Cristina Fernández.

El sol entibió una mañana muy luminosa e inolvidable para la comunidad toba de Rosario. La emoción fue muy profunda y corrieron varias lágrimas sobre los rostros morenos curtidos por los soles americanos de miles de años

En la zona de la avenida Travesía y Juan José Paso había una muchedumbre en un clima festivo, a la espera desde las primeras horas de la mañana. Cerca de las 10, llegaron los alumnos de las escuelas de la zona y desde el asentamiento comenzaban a salir sus habitantes hacia la avenida, donde se montó un escenario.

Se acercaban vecinos en familia, militantes históricos de la comunidad aborigen, jóvenes y viejos, y cientos de chicos correteaban con banderas azules de las Madres de Plaza de Mayo. También se veía a hombres ya con ropa de trabajo y cascos. El colorido se completaba con los jóvenes que integraban los grupos de danzas mientras llegaba una comitiva de Madres con sus pañuelos blancos, recibidas con aplausos. En el acto hablaron Celia, de la comunida toba, Rossi, Bonafini, Lifschitz y el secretario de Obras Públicas de la Nación, José López.






La deuda interna

Rossi arrancó con un discurso que puso el acento en la deuda histórica del país con los pueblos originarios y consideró que el proyecto simboliza el comienzo del reconocimiento, después de tantos años de olvido. Y se dirigió a la comunidad aborigen y le expresó: “Gracias por el esfuerzo, por su militancia, por su persistencia y por haber llevado su reivindicación en paz reclamando los derechos que les son propios”.

Luego valoró el papel de las Madres de la Plaza de Mayo como promotoras de un plan integral que además de la construcción de viviendas incluye la capacitación laboral y la educación. Y también destacó el trabajo en conjunto con la intendencia y la provincia, a pesar de las diferencias políticas.

Por su parte, Bonafini, muy emocionada, hizo hincapié en que el proyecto era posible gracias a la voluntad política de los gobiernos primero de Néstor Kirchner y después del actual, de Cristina Fernández. “Yo se que es un sueño que hace mucho que esperaban. Las Madres sabemos que los pueblos originarios siempre han sido olvidados”, dijo. Y agregó: “Pero estamos felices. Y estamos felices porque esta tarea se puede hacer con la colaboración de nuestra querida presidenta Cristina y porque también aquí hubo un intendente y ministros que trabajaron por esto, más allá de las diferencias políticas que podamos tener. Lo importante es que estamos juntos para construir lo que hacía tanta falta. La patria se hace construyendo”, definió.

“Estas no son viviendas sociales, son viviendas como todos queremos y tenemos el derecho de tener”, sostuvo Bonafini, quien destacó la lucha de la comunidad y de “los que pelearon durante tantos años para tener lo que se merecen”.

Lifschitz, en tanto, recordó los orígenes de la migración interna de los años 70 de las comunidades aborígenes desde el Chaco a Rosario y destacó la solidaridad de los rosarinos y de las instituciones y organizaciones de la sociedad civil, que durante décadas han trabajado en el seno de la comunidad para mejorar las condiciones de vida en los asentamientos.

Retomó las palabras de Rossi y Bonafini sobre que la iniciativa está “por encima de las especulaciones políticas” y valoró a las Madres de Plaza de Mayo. Admitió que nunca imaginó que una solución para un problema histórico de la ciudad iba a estar promovida "nada menos que por la Madres". Y también reconoció a la presidenta de la Nación por "la decisión y voluntad" para que el plan se lleve a cabo.

El secretario de Obras Públicas de la Nación, José López, cerró el acto con la promesa de seguir apoyando, en estas y otras obras, a “una ciudad con tanto empuje” que, consideró, “es el puerto granero más importante del mundo”.

El proyecto

El Gobierno nacional aporta más de 104 millones de pesos para iniciar la primera etapa de la construcción de 256 viviendas y obras de urbanización y equipamiento comunitario. En una segunda etapa se construirán 244 viviendas más, totalizando 500 casas nuevas.

Para llevar adelante este emprendimiento, la Misión Sueños Compartidos, de Madres de Plaza de Mayo, adquirió los terrenos y los cedió a la Municipalidad de Rosario; y luego se realizará la escrituración directa a cada familia beneficiada. Los trabajos a iniciar contemplan obras de vivienda, la construcción de un Centro de Atención primaria de la salud, una escuela con jardín maternal, una capilla, un Salón de Usos Múltiples para actividades de la comunidad, instalaciones de seguridad y tratamiento de los espacios verdes.

Las viviendas tendrán dos y tres dormitorios y contarán con todos los servicios necesarios, entre los que se encuentran agua potable y desagües cloacales, instalación eléctrica y de gas, alumbrado público, veredas, cordones y desagües pluviales. Cabe destacar que la mano de obra será aportada por los mismos integrantes de la comunidad toba.

Fotos y Textos: Ernesto Ávila.