04 marzo 2008

La depredación de "El Impenetrable"

El desastre ambiental y social que se desprende de la depredación de bosques nativos, de las selvas subtropicales de Misiones y Las Yungas, varios tipos de bosque del Chaco, los algarrobales y caldenales del Espinal, necesita una acción urgente. En cuanto al bosque El Impenetrable, que abarca casi cuatro millones de hectáreas en el norte de Argentina, puede encontrar en una flamante ley un arma de protección para los habitantes de la zona que padecen una grave crisis humanitaria, luego de un devastación que tiene como eje la corrupción.

En un artículo de Sebastián Lacunza se recuerda que las denuncias en torno a El Impenetrable han señalado que ese tupido bosque de las septentrionales provincias de Chaco, Santiago del Estero y Salta, que se extendía por 8,2 millones de hectáreas hace 95 años, cedió terreno al cabo de los años al avance de la soja y la ganadería y dio paso a la corrupción, el narcotráfico y al contrabando de cigarrillos.
Este proceso se aceleró en la última década. La Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal de la estatal Secretaría de Medio Ambiente estimó que, entre 1998 y 2006, la Argentina perdió 1,11 millones de hectáreas de bosques nativos. De éstas, más de 60 por ciento corresponden a El Impenetrable, según organizaciones ecologistas.



Sobre un total oficial censado de 86 mil habitantes (120.000 según organizaciones privadas) en los departamentos chaqueños de Almirante Brown, Maipú y General Güemes, donde se asienta el bosque, 30.000 son indígenas, tobas en su mayoría pero también wichís, y representan el sector más crítico.

Dramáticas fotos de algunos de ellos en avanzado estado de desnutrición conmovieron al país en 2007, cuando murieron 22 personas por esa causa. Afectados por enfermedades endémicas como el Mal de Chagas y otras como tuberculosis y leishmaniasis, y desprovistos de los recursos que les proveía el bosque, miles de indígenas de El Impenetrable pasaron a formar parte del cordón pauperizado de Resistencia. A las ciudades de Rosario (noreste) y Buenos Aires se trasladó un número de 30 mil tobas, whichis y mocovíes, la otra población originaria del sudeste chaqueño, según el Centro Mandela.


De los que permanecen en El Impenetrable, buena parte se trasladó a localidades como JJ Castelli, Tres Isletas o Villa Río Bermejito. En Misión Nueva Pompeya se encuentra la mayor población wichi, a 550 kilómetros de Resistencia y de muy difícil acceso. Todas las ciudades citadas registraron un crecimiento vertiginoso de habitantes en la última década. Consultado Núñez, del centro Mandela, acerca de la pertinencia de las normas para la emergencia humanitaria y ambiental, éste advirtió que si "su aplicación es transitoria y sin controles, no va a servir absolutamente de nada".


Un relevamiento forestal en 1982 señaló que el bosque chaqueño había descendido hasta 5,4 millones de hectáreas y otro más reciente, de 2005, cuestionado por diversas organizaciones, concluyó que la reserva ocupaba 4,8 millones. Según la organización de derechos humanos y centro de estudios Nelson Mandela, con sede central en Resistencia, capital de la provincia de Chaco, la extensión real actual es de 3,5 millones.

Por otra parte, Rodolfo Burkart Ingeniero Agrónomo (UBA). Jefe del Departamento de Investigación y Manejo de la Dirección Nacional de Conservación y Áreas Protegidas de la Administración de Parques Nacionales (APN), analiza que el fenómeno se extiende:
El vertiginoso crecimiento de la producción de granos y oleaginosas está produciendo una fuerte expansión de los cultivos hacia tierras hasta el momento agrestes.


La realidad sobre la que se impone esta expansión no son los inagotables “espacios vacíos” abiertos a la colonización agrícola de principios del siglo pasado. Los bosques nativos que hoy destruye a su paso están ya en mayor o menor grado crítico de reducción territorial: las selvas subtropicales de Misiones y Las Yungas, varios tipos de bosque del Chaco, los algarrobales y caldenales del Espinal.

Además, el problema no es sólo la desaparición de los bosques, sino también de otras formaciones naturales: el pastizal pampeano retrocede con el avance de los cultivos hacia el oeste de esa región; las sabanas, campos y bañados de la Mesopotamia, con las forestaciones de pino y eucalipto y las arroceras. Desaparecen o se fragmentan ecosistemas silvestres antes de haberse asegurado la conservación de su biodiversidad con la creación de un sistema adecuado de áreas protegidas. A su vez, la población tradicional de esos territorios es desplazada y excluida (hoy como entonces) por una agricultura capital-intensiva que es incapaz de integrarla.


La corrupción que depredó El Impenetrable

Rolando Nuñez, titular del Centro Mandela, describió un esquema "de corrupción mediante el cual se simuló la venta de tierras para obtener créditos hipotecarios que resultó ruinoso para bancos estatales, porque el valor de la tierra a los dos años de comprada era muy inferior a lo prestado", cita el artículo de Lacunza.



La mención de Nuñez refiere a las características ambientales que prevalecen en El Impenetrable, considerado un bosque seco poblado de algarrobos, quebrachos y chañares, con pocas precipitaciones y surcado sólo por un brazo del río Bermejo, el Bermejito. Allí, la temperatura ambiente llega a extremos cercanos a 45 grados en el extendido verano, y el rayo solar potencia aún más el calor sobre el suelo.

Es por ello que ese suelo arenoso que sucede a la deforestación apenas tolera dos campañas de soja, el cultivo estrella que desplazó a otras explotaciones. "Pero es tan bajo el valor de la tierra que con dos campañas, sobra", explicó el coordinador de la campaña de Bosques de la organización Greenpeace, Hernán Giardini.



La visita al lugar o la simple vista de un mapa satelital, comprueba que a segmentos desérticos donde antes había árboles se suman sorprendentes "picadas" (franjas taladas) que actúan como improvisadas pistas de aterrizaje y que manchan el bosque. Incluso, en algunas de ellas quedaron abandonadas naves que tuvieron algún desperfecto. Según pobladores del lugar, lo verdaderamente valioso era la carga, presumiblemente de droga o de cigarrillos contrabandeados.



No obstante, la destrucción del bosque tiene una contracara mucho más impactante, de acuerdo con lo informado por organismos de derechos humanos y por el propio gobierno de Jorge Capitanich, que asumió en diciembre pasado la gobernación y ordenó la emergencia sanitaria, alimentaria, educativa y ambiental. El Impenetrable ocupa 35 por ciento del territorio de Chaco, que alberga el 80 por ciento del total del bosque. Es coincidentemente en Chaco donde se registran los picos más altos de pobreza (47 por ciento) e indigencia (23 por ciento) de todo el país.



Estos niveles, que casi duplican los porcentajes nacionales en el primer caso y triplican en el segundo, se ven potenciados en El Impenetrable. Núñez enfatizó la necesidad de que el estado provincial encare medidas humanitarias integrales y en diálogo con los pobladores originarios. Por ejemplo, el titular del Centro Mandela citó que la asistencia con mercadería y medicamentos "está siendo realizada en parte por el Ejército, lo cual es un error porque el mundo indígena tiene temor al uniforme".


Acerca del abordaje interdisciplinario de la situación que afecta a tobas y wichis, Núñez enumeró que es necesario realizar in situ el control de Chagas para en tal caso fumigar y enseñar a realizar protecciones antivinchucas (insecto que transmite el parásito) en las viviendas. "Hay que escuchar qué quieren los tobas y los wichis. Si el programa Hambre Cero se dedica sólo a lo alimentario y lo sanitario, está destinado al fracaso. Es necesario alambrar el monte y ayudar al mecanismo de autosubsistencia de los aborígenes", reclamó Núñez, que visita frecuentamente El Impenetrable. El gobierno de Capitanich dispuso también un relevamiento topográfico que tendrá por fin otorgar títulos de propiedad a pobladores que ocupan el bosque desde hace siglos.


Por su parte, Giardini, de Greenpeace, estimó que la ley de Bosques "será eficaz porque en Chaco la mayor parte de la tala es legal, y ahora se cortan los permisos". "El hecho de que la ley prevea mil millones de pesos (315 millones de dólares) para fomento de actividades forestales sostenibles, es un atractivo muy interesante"

Material extraído de IMPENETRABLE OLVIDO, POR SEBASTIÁN LACUNZA para IPS Noticias, y del análisis de Rodolfo Burkart, encargado del Programa de Planificación Biorregiona y coordinador de la Estrategia Regional de Corredores de Conservación del Gran Chaco (APN-Provincias) quien se pregunta ¿CÓMO REDUCIR LA DEFORESTACIÓN SIN PARAR EL DESARROLLO?

Material en blanco y negro del fotógrafo documentalista Pablo Valle en CHACO INTERIOR