02 octubre 2006

Reclamo por el ciclo superior en escuelas de la comunidad toba de Rosario



Docentes de la escuela 1333 Nueva Esperanza, emplazada en el barrio toba de Rouillón 4400, reclaman desde hace varios años que el establecimiento cuente con nivel Polimodal para que los alumnos puedan continuar sus estudios una vez que terminan noveno año. “Algunos de ellos se inscriben en otras instituciones luego de esa etapa pero terminan abandonando por diferentes razones, entre ellas económicas, culturales, y aquellas que tienen que ver con el rendimiento”, afirmó Roxana Torre, una de las profesoras del tercer ciclo de Educación General Básica (EGB) que hace cinco años presentó un proyecto y dice que se lo “cajonearon”. Según los registros de la docente, de los 190 egresados que cuenta la institución desde 2000 a 2005, menos del 5 por ciento persistió en el sistema de enseñanza.
Uno de las principales razones que se argumentan para dar continuidad al nivel medio es que una vez que los chicos egresan del establecimiento –que sólo cuenta con anexo de octavo y noveno años de EGB, en Garzón al 4300– en contados casos continúan en otros que sí tienen Polimodal. Para Torre, las razones de esa deserción generalizada se centran en que “generalmente les cuesta adaptarse a otro medio escolar”. Además, la distancia entre el barrio Rouillón y otros centros de enseñanza se convierte en otro obstáculo, ya que muy pocos pueden afrontar el gasto de transporte o la dificultad que les implica hacer el trayecto a pie hasta otros barrios. Esa demanda –la falta de escuelas con Polimodal– es un reclamo constante de los barrios más alejados del centro de la ciudad.
“A veces, sentimos que todo el esfuerzo que hacemos nosotros como maestros y ellos mismos como alumnos se pierde. Ellos quedan en la calle, mendigando o trabajando informalmente, cuando muchas familias de la comunidad toba aspiran a que sus hijos sigan estudiando, progresen y se capaciten”, afirmó la docente, quien confía en que esa oportunidad podría ampliar el horizonte de aquellos migrantes que eligieron a Rosario para vivir.
La imposibilidad de continuar con programas de educación bilingüe constituye otra cuestión perturbadora para los adolescentes “quom” a la hora de seguir con sus estudios. Justamente, la defensa del idioma es uno de los objetivos primordiales de la propia comunidad, y se lo expresa con ahínco en los planes oficiales del Ministerio de Educación.
Torres asegura que en el año 2000 –cuando empezó a aplicarse la Ley Federal de Educación y la nueva estructuración en los niveles de enseñanza– presentó un proyecto para que en el mismo establecimiento de Rouillón al 4400 se incluyera lo que anteriormente se denominaba “escuela media”. Sin embargo, la profesora, que se desempeña en las áreas de Biología y Educación Sexual, asegura que la propuesta quedó “perdida” en algún cajón del Ministerio de Educación.
“Tenemos el número de expediente, pero en estos días llamamos para intentar saber qué pasó y nos dijeron que la nota no llegó al escritorio de la dirección regional”, dijo para luego ensayar probables respuestas a esa omisión: la burocracia del sistema o el consecutivo cambio de autoridades.
En ese momento todavía no existía el decreto 1719 que reglamenta la modalidad de educación intercultural bilingüe, rubricado en agosto del año pasado. “Ahora, con más razón, consideramos que existen más argumentos para que se concrete la continuidad y que los chicos puedan estudiar tres años más en el mismo barrio, con un contexto cultural que los hace sentir más seguros. Estamos convencidos de que tienen el derecho a esa oportunidad”, concluyó.

Esta problemática surgió durante el debate realizado luego de la proyección del documental "El Camino de los tobas-del Chaco a Rosario" realizada el pasado lunes 25 de setiembre en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia.
Mariela Mulhall, periodista y co-productora del trabajo, tomó nota del tema y escribió el artículo reproducido aquí, publicado en la edición del lunes 2 de octubre del diario
EL CIUDADANO & LA REGIÓN.